“I. Me gustás en tu boca en tus rosados labios de loco, loco deseo. Me gustás en tus fotos, que inmóviles expresan tanta vida, tanta hermosa vida. En tu pelo de lluvia castaña, tus ojos profundos y en tu sonrisa que me enmudece y que guardo como un secreto tesoro. Me gustás en la magia de tu risa tan desconocida y que a la vez creo conocer tanto; me gustás en nuestros desencuentros en nuestras idas y venidas. II. Un deseo de besos: fuertes, muchos, pocos, largos, cortos. Besos de Hoy, de aquí, de ahora. Besos para no caer en el tramposo y a la vez fácil pensamiento de que todo se perdió Para abandonarme, feliz al fin, al sentimiento y al pensamiento de que el tiempo que tardamos en cruzar nuestros caminos, realmente valió la pena. Besos para confundir tus labios y los míos y para que no me dejes ir sin ser parte, aunque sea por hoy de tu espacio y de tu tiempo. Besos que cambian rumbos definen historias, abren puertas a nuevas ...
Algunos aman en amor la agitación como en el mar aman la tempestad (André Maurois)