"Eras invisible, como en tantas otras noches, como en tantas otras vidas. Y buscarte era un juego, donde sabía que iba a perder y te buscaba lo mismo, porque eras invisible Invisible para mí y para vos, para un 'nosotros' que no iba a ser. Nos heríamos, porque era parte del rito porque siempre los malos entendidos fueron cómplices y No dejabas de ser invisible, como aire, como suspiro, como tantas otras noches, como en tantas otras vidas, donde te busqué y me buscaste y en el final del juego, siempre fuimos no." Un Cronopio.
Algunos aman en amor la agitación como en el mar aman la tempestad (André Maurois)