“Igual, creo que lo mejor va a ser olvidarme de vos, es decir, tengo que lograr eso de que los recuerdos no duelan (o por lo menos no tanto) cada vez que mencione tu nombre, cada vez que la locura me invada y me haga gritar, debo entonces saber controlar –reprimir, suspender, adormecer-, todo esto que siento, y que cuando me pregunten por vos, poner mi mejor cara de imbécil y fingir que ya no duele, que es verdad (a fin de cuentas) eso de que en el pizarrón de la vida los mejores borradores son el tiempo y el silencio.
Pienso, ergo, te extraño... (y después del “ergo” muchos sentimientos: te necesito, te amo, te busco y no te encuentro...). No es tiempo ya de reprocharme lo que hice, ni por qué lo hice, ya que en este momento no estamos juntos. Cada vez que apoyo la lapicera en un papel es para escribir tu nombre, a veces también junto con el mío, viviendo de pasados ya lejanos, viviendo de recuerdos, esos mismos que hoy duelen y que tengo que aprender a que no me torturen.
Mis cuentos son vos, mis dibujos son vos, cualquier cosa que escriba / haga / diga refleja la inútil esperanza de que volvamos a estar juntos, inútil esperanza del que se da cuenta que perdió al amor de su vida.
Entonces, ¿Voy a tener que olvidarte? NO PUEDO, cómo poder olvidarme de aquella época, de ese verano donde era feliz por la felicidad misma, por saber que detrás de todo, estabas (estás) vos, llenando cada uno de mis espacios, queriéndome a pesar de mis errores, mis defectos –que no son pocos-, compartiendo cada uno de los logros y por sobre todas las cosas, haciéndome sentir que era tan especial en tu vida como vos en la mía.
Puedo escribir diez mil veces que todavía te amo; diez mil veces que te necesito, incluso escribir otros diez mil “te extraño tanto”, pero eso no cambiaría las cosas, la distancia se vuelve el enemigo perfecto, y entre gallos y medianoche (como dicen) escupo palabras y palabras, insomnios, estar mirando el techo, masticando esos versos que después transcribiré (o no) agregando una estrella más al dibujo de tu recuerdo...
Quererte, con tus presentes
Sin pasados que te juzguen
Simplemente quererte.
Mareas de viento, mares y playas
Y entre sueños te dibujo, te beso
Somos uno, los dos aquí y ahora
El sueño no tan sueño
Estamos juntos, somos uno...
No pretendo conocer tu pasado
Y no pretendo que conozcas el mío
Por lo menos no ahora... SILENCIO!
Invadime, llename de vos y
Quereme, con mis presentes
Sin pasados que me juzguen
Simplemente quereme...
Escupí los versos. Punto y aparte. Fin.”
FIN
UN CRONOPIO
Dedicado a una pequeña niña que me hizo desempolvar este relato, cuando ya parecía perdido en algún lugar de mis cuadernos.
No te pongas mal :) Te quiero.-
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PD: Perdón por no poder dejar de putear en hebreo antiguo.