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En algunos escasos momentos



E
n algunos escasos momentos,
supiste transformar tu risa en mis recuerdos
tus miradas en  inolvidables momentos
 cada una de tus palabras tan bien acomodadas,
 el sonido de tu voz y tus ojos tibios y serenos
/como diciendo algo.

En algunos escasos momentos,
convertí tu mano en mi tesoro
tu cuerpo en imparable deseo
y todas y cada una de las curvas de tu boca
en objeto de incontenible y fuerte atracción.

En algunos escasos momentos,
descubrí, en la profundidad de tus enormes ojos negros,
los cristales de tu propio cielo.
Descubrí paz y calma y alegría y simpleza,
es decir, todo aquello que deben sentir quienes
tienen la fortuna de tenerte cerca en cada acto cotidiano.

En algunos escasos momentos,
diste vuelta mi mundo
parados en esa esquina, preludio inevitable
de un despedida –también inevitable- que,
en mis ojos, dejaba entrever la frase
/“quiero volver a verte”.

En algunos escasos momentos,
hacerte reír se transformó en una cuestión de vida o muerte.

Es que, tomando mi mano,
cambiaste mis planes
enmudeciste de antemano todo diálogo
eternizaste ese domingo de comienzos de marzo con tu hermosa presencia

Y lo curioso –y, a la vez, hermoso-  es
que no te llevó una vida lograr todo esto:
/tan sólo algunos escasos momentos.-

[Una Nota al pie del poema: “Se cautivaron, simplemente se cautivaron. Ninguno de los dos supo exactamente el momento en el cual, la hermosa amistad se transformaba en otra cosa. Se dijeron lo que tenían que decirse, pero luego de haber dejado pasar la oportunidad para poder actuar en consecuencia. Se lo dijeron, sí, seguros desde sus lugares, desde donde sabían que no iba a pasar nada. Ella regresó, retomó su vida donde la había dejado. Él, le escribió estas líneas, buscando encontrarla, aunque sea en cada verso. Estremecido por volver a verla. Estremecido –pero hasta el alma le temblaba- … -“]

FIN
Un Cronopio

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