“Quiso el infortunio o la gracia, que nuestros caminos se cruzaran, quiso el infortunio que al no poder olvidarte, nunca más haya podido volver a sonreír de esa forma tan auténtica que muy pocos recordarán; quiso la gracia que seas feliz, tu pequeño mundo de cristal.
Quiso el infortunio o la gracia, que me haya desvelado tanto pensando en vos, en tus enormes ojos color transparente con tintes de esperanza y llenos de alegría, quiso la gracia que calentara mi alma en las brasas de tu recuerdo, mas quiso el infortunio que intentara recuperar tu amor.
Sólo quiero que sonrías, princesa, que disfrutes cada segundo de la vida, viviendo intensamente cada momento.
Y yo voy a tratar de hacer lo mismo, pero sin olvidar que la gracia y el infortunio son el anverso y el reverso de la misma medalla, ubicada vos en el primero y yo en el segundo...
Pese a todo, quiso el infortunio o la gracia, que hoy esté dedicándote estas (entre tantas otras) líneas...”
UN CRONOPIO
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