Duele querer y no sentirse querido, amar y no ser amado, extrañar y no ser extrañado... en fin, no ser correspondido.-
A veces uno intenta hacer sentir a quien lo acompaña en el camino, que puede confiar, que sin temores ni dudas puede apoyarse, y que de seguro recibiría un oído, un hombro, un corazón, un cariño...
Pero ocurre que eso a veces no alcanza, y nuestros intentos muy de a poco y dolorosamente van dejando lugar a las tristezas.
Muy de a poco, porque nuestras fuerzas se agotan, y la felicidad que se siente al principio (“escoba nueva siempre barre bien”) ya no nos golpea tan fuerte ni se torna tan incontrolable.
Dolorosamente, porque aunque no reconozcamos que efectivamente algo no anda bien, que esquivemos la mirada y finjamos que todo marcha perfecto, en lo profundo, detrás de esa máscara, hay un corazón que se corroe.
No somos superhombres, no se nos exija entonces conductas heroicas que demuestren lo que realmente y con actos “medios” surge a la luz (no quiero parecer conformista tampoco). Si hago todo lo necesario (lo que no escape a mis humanas posibilidades) para hacerla feliz, si vivo pensando en la manera perfecta, sino perfectible, de hacerla sonreír, de que se sienta bien, protegida, acompañada y querida... si canalizo mis esfuerzos para que me regale el brillo de sus ojos y no recibo respuesta alguna. Entonces... ¿Sirve de algo sentir así?
¿Sirve de algo SER así?...
Como siempre, y esto ya no es noticia nueva, mis sentimientos se amontonan, me hacen bien y me hacen mal, me ahorcan y me dejan respirar, pero como siempre también esto no te afecta... sólo trato de hacerte feliz...
Sigo repitiéndome hasta el cansancio si realmente existe la posibilidad de que pueda ser feliz, o si estoy destinado a querer y no sentirme querido, a amar y no ser amado, a extrañar y no ser extrañado...en fin, a no ser correspondido...
... y eso duele.-
Estas reflexiones son sólo un reflejo de cómo me siento, está escrito hace un tiempo ya, pero me pareció muy "ad hoc", demuestra claramente como me siento en estos momentos, donde las dudas se agolpan y los insomnios, el mate amargo, y pensar, masticando lentamente cada idea, retorcerla, romperla y volverla a armar... mi cabeza es algo parecido al cubo de colores, y el intento (vano, pero qué diablos) de acomodar cada pieza, cada color, y poder dormir un poco más tranquilo. Espero que lo disfruten, tal vez cambie de opinión respecto a como siento, pero AHORA (y es lo que importa, el ahora) así es como desfilan uno a uno los sentires dentro mío.
Au revoir mes amis...
UN CRONOPIO
Comentarios