“Quiero que tu boca sea la felicidad
que se reinventa día a día, minuto a minuto
/eterno jardín
de nuevas sensaciones.
Quiero acompañarte en todo momento,
tomar tu mano cuando la tinta
infinita dibuje tu cuerpo, y
cuando la primavera se anuncie en tus ojos.
Quiero y te quiero y me quiero en vos,
porque tu mirada desborda el mundo, lo ahoga en
colores
porque tu voz es arroyo calmo, sereno, constante,
porque te quiero y me quiero en vos, con vos, para
y por vos.
Veo el celeste firmamento y los campos en sepia del
viaje, la
alegría de la gente, los niños contra la ventana, el
mate, la charla, el itinerario.
El tren que tarda en llegar a destino y pienso que
tal vez el destino
sea estar a tu lado, renacer en tus besos; besos
que devuelven la calma
que despojan miedos, que cicatrizan dolores y
auguran buenas nuevas.
Pero qué puedo hacer ahora que no sea sólo
quererte y pensarte y saberte a mi lado; qué último rincón
de la esperanza pura me queda, desnudo de razones, deseando
con cuerpo y alma que te muestres ante mí, hermosa en términos superlativos.
Pero hoy estamos tan lejos, y pensándote trato de
romper
esta distancia que hiere incansable, insobornable,
/esta distancia que no da tregua y que no se mide en kilómetros.
Romper distancias, hallarte, creer que nuevamente
todo tiene sentido,
ese sentido que le imprimiste al aparecer -única e
indiscutible-, en mi camino, para verme en tus ojos, dormir en tu cuerpo y morir en
tu abrazo.
/Te
extraño.”
Un Cronopio
Comentarios